LA SAMARITANA (1799)
Autor: Roque López Hernández ( Murcia, 1747-1811)
– CRISTO
– De vestir, en madera de ciprés policromada. Peso: 47´1 Kg. Dimensiones: 1´55 x 0´85 x 0´61 mts.
Tallada por el discípulo predilecto de Salzillo, muestra un rostro bello e inspirado, de ojos expresivos en cristal y pestañas naturales. Las manos y pies fueron castigados en la Guerra Civil, por lo que los actuales son de José María Sánchez Lozano. El manto y túnica en terciopelo bordados en oro fino y plata, y la potencia de orfebrería en plata, fueron donados por su Camarera la condesa de Villaleal, Dª. Francisca de Paula Carrasco, a mediados del s. XIX.
– LA SAMARITANA>
– De vestir, en madera de ciprés policromada. Peso: 34 Kg. Dimensiones: 1´73 x 0´61 x 0´46 mts.
Es admirable la belleza y elegancia de esta mujer vestida con vivos colores y exquisito bordado sobre seda murciana al estilo del s. XVIII. Sus manos y pies fueron destruidos en el 1936, por lo que los actuales son de José María Sánchez Lozano. El cántaro es de barro cocido.
Existe la tradición de que el escultor utilizó como modelo a la mujer de Nicanor, el del puesto, dónde despachaba copas de vino y aguardiente en las cercanías del Convento de los Carmelitas.
Fue realizado en 1799 por el escultor Roque López, discípulo predilecto de Salzillo,por la cantidad de 1.200 reales de vellón. Representa el encuentro de Jesús y la mujer de Samaria junto al pozo de Jacob, con la incorporación de un olivo natural como ornamento paisajístico. A ambas esculturas les fueron mutilados los pies y brazos durante la Guerra Civil española, por lo que los actuales se los debemos al escultor José María Sánchez Lozano. Jesús, que se muestra sentado y en actitud declamatoria, viste con túnica morada y manto azul en terciopelo, bordados en oro fino y plata; y lleva sobre la cabeza una potencia en plata de 1848. La Samaritana destaca por su belleza y elegancia, incrementada por la riqueza de su vestimenta, bordada en seda murciana a la usanza del XVIII. Luce diversas joyas y porta la cántara de barro con la que va a recoger el agua en el pozo. Según la tradición, el escultor utilizó como modelo a la esposa de un vecino que tenía un puesto próximo al convento del Carmen. En el año 1942, fue tallado por Andrés Pujante el trono de estilo isabelino, dorado e iluminado por medio de unos suntuosos candelabros con cera. Es el paso más ancho de la Semana Santa murciana y costó 8.000 pesetas. Anteriormente, el paso era cargado por el gremio de panaderos, según consta en un protocolo del notario Mondéjar López datado en 1800. Actualmente, son veintiséis los nazarenos-estantes encargados de llevarlo a hombros bajo la dirección de su cabo de andas.
Textos: Antonio Barceló López